Longo caminho para a Liberdade

Longo caminho para a Liberdade Nelson Mandela, Madiba




Resenhas - Longo caminho para a Liberdade


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Carlos 28/03/2017

"…en el campo de la educación pública, la doctrina de “iguales pero separados” no tiene lugar. Por tanto, sostenemos que los recurrentes y otros en situación similar se ven, por razón de la segregación impugnada privados de la igualdad ante la ley protegida por la Decimocuarta Enmienda…" (Brown v. Board of Education, 17 de mayo de 1954)

De todos los sistemas opresores que ya han sido puestos en vigencia a lo largo y ancho del mundo, el appartheid ha sido uno de los tantos cuyos efectos perniciosos aún han de sentirse a pesar del tiempo transcurrido desde su eliminación. Pocas acciones humanas resultan tan deshonrosas como privar a alguien de derechos a causa del color de su piel, su raza (remember holocausto), lugar de origen (inmigrantes) e incluso entre personas de color similar a causa de la etnia en cuyo seno ha venido al mundo (léase Genocidio en Rwanda donde el gobierno Hutu buscó eliminar a casi todos los individuos de etnia Tutsi e incluso lo generalmente actuado en República Dominicana contra personas de origen haitiano, mientras esto escribo tengo en mente cierta nefasta sentencia dictada por el Tribunal Constitucional y uno de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que el país se negó a cumplir).

Reminiscencia directa del infame fallo dictado por la Corte Suprema de los Estados Unidos en el caso Plessy v. Ferguson, en el que se sentó la no menos infame doctrina del separate but equal esta doctrina aboga por la absoluta separación de las razas, tratado a una, la blanca, como siendo la superior y a las demás (negra, mestiza, aborigen) como inferior. Resulta increíble el tiempo que ha tomado a las distintas sociedades que han padecido este mal en erradicarlo. En el caso de los Estados Unidos, el separate but equal fue declarada legal en 1896 e ilegalizada en 1954 a través del celebérrimo caso Brown v. Board of Education; en Sudáfrica se inició en 1948 (no es que antes, y ello el libro lo deja bien claro, la situación de las personas de raza negra fuera mejor, sino que el nivel de opresión era ligeramente inferior al que resultó durante la aplicación de tal política) y finalizó en 1994 al asumir el autor la presidencia de la República (aunque oficialmente culminó en 1996 al ponerse en vigencia la nueva Constitución).

En este marco se inscribe la vida de este gran hombre, uno al que admiré toda mi vida, ejemplo de lucha, de persistencia, de perseverancia y, por sobre todo, de reconciliación. Seré sincero, solo conocía al Nelson Mandela líder de la resistencia negra contra la opresión del appartheid no conocía al hombre Nelson Mandela, al padre, al esposo dos veces separado, al abuelo, al amigo, etc. por ello este libro me ha llenado de una manera que pocas lecturas lo han hecho, ver que un gran personaje al que admiras no es más que un ser humano como cualquiera de nosotros puede resultar gratificante.

Ya muchos quisiéramos tener la fortaleza del señor Mandela, quien a lo largo de su vida se ha enfrentado a adversidades de todo tipo, y ha triunfado por sobre todas ellas, incluso su largo período privado de su libertad no representó un fracaso, sino el más grande de todos sus triunfos, el de la propia dignidad, del autocontrol y del valor de perseguir los propios ideales que guiaron siempre su existencia sea en libertad o cuando estuvo privado de ella. El señor Mandela vivió para ver lo que muy pocos logran: vivió para ver que aquello por lo que llevaba luchando toda su vida se hacía realidad.

La suya fue una vida plena que mereció la pena ser vivida incluso cuando la muerte asomó a las puertas, confieso que durante la lectura llegué a envidiar la actitud de este hombre, no sé si estando en sus zapatos lograría actuar como lo hizo él. La suya es una vida que vale la pena ser conocida, Nelson Mandela es un titán de la libertad al igual que lo fue Ghandi en su tiempo. Quizá pueda parecer raro que alguien cuente su propia vida pues puede caerse en la tentación de ensalzarse a uno mismo, empero, el autor aclara en todo momento que es solo un hombre y expone sin complejos sus debilidades y, por qué no (al fin y al cabo luchó toda su vida por tener la posibilidad de relatarlo) sus fortalezas.

Confieso que antes de leer el libro vi la película que en él se basa y, con toda sinceridad la misma no convence ni hace justicia a una vida intensa como la del señor Mandela, no solo porque no han contado la historia con toda la fuerza que deberían sino también a causa de la mediocre intepretación de Idris Elba, particularmente me quedo con la personificación de la película Invictus en la cual un soberbio Morgan Freeman dio vida a Mandela

Termino con estas palabras pronunciadas por él mismo en el Juicio de Rivonia: "Durante el tiempo que llevo de vida, he dedicado mis esfuerzos a la lucha del pueblo africano. He luchado contra la dominación blanca, y he luchado contra la dominación negra. He abrazado el ideal de una sociedad libre y democrática en la cual todos puedan vivir en armonía y con igualdad de oportunidades. Es un ideal que espero vivir para verlo realizado. Sin embargo, Señoría, si fuera necesario, es un ideal por el estoy dispuesto a morir".

Un libro cuya lectura vale la pena por cada palabra de sus más de quinientas páginas.
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