Una de las vías de transformación más claras de la filosofía contemporánea es la que recorre la distancia entre el tiempo y el espacio. La filosofía del tiempo, centralizada en la figura de Heidegger, ha dejado lugar a las reflexiones sobre el espacio, donde uno de los protagonistas es sin duda Peter Sloterdijk. Después de irrumpir en el mundo filosófico con su magnífica "Crítica de la razón cínica" puso en marcha el proyecto de las esferas, una obra determinante para entender algunos de los nuevos caminos filosóficos. En tres impresionantes volúmenes Sloterdijk ha analizado la modernidad a partir de la metáfora esférica, es decir, a partir de un pensamiento espacial donde lo decisivo no es ya el movimiento, la evolución y el tránsito sinó el entorno, el embalaje, la atmósfera. En centenares de páginas y con una voluntad enciclopédica que no se veía en filosofía desde los tiempos de Hegel, Sloterdijk recoge todos los elementos de una sintomatología esférica que, en su opinión, define la modernidad. La modernidad es la época de la comunidad cerrada, de la delimitación, del globo, las burbujas y la espuma. El hombre moderno es el hombre ex ovo.
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