El contundente éxito de Los Platos del Diablo es consecuencia, sin duda, de la pericia sorprendente con la que su autor logra integrar, en un conjunto coherente y consistente, una diversidad de técnicas, modos y temas narrativos: el relato policial y la reflexión intelectual, Chesterton y Borges, Hemingway y Kafka, Sartre y Wilde; el cine, el suspenso, la náusea existencialista, el humor. Todo ello articulando una intriga cuya seducción no decae nunca, llevada de la mano por una prosa limpia, precisa y mordaz. Eduardo Liendo (1941) es una de las voces más sólidas y seguras del panorama narrativo venezolano contemporáneo.