El feminismo teológico nace de "la porfía de la resurrección", de una vivencia de la fe cristiana por la cual surge la convicción de que el sentido común patriarcal es contrario al meollo del mensaje evangélico, y desemboca en una manera de hacer teología que pretende que el evangelio de Jesús sea verdaderamente una buena noticia para las mujeres y, por consiguiente, también para los varones, liberados de una carga de supuesta superioridad para la cual no fueron creados.
Sin embargo, la teología feminista no se circunscribe al eje de género - aunque lo considere de vital importancia - sino que toma el cuenta el cruce de género con otras perspectivas igualmente centrales que tienen que ver con el racismo, la inequidad económica, la destruición de la creación y las múltiples opresiones que la fe cristiana debe aprender a reconocer y contestar como pecado.
Religião e Espiritualidade