“Los poderosos, escribe Octavio Paz en Corriente Alterna, conciben la
historia como un espejo: ven en el rostro deshecho de los otros —humillados,
vencidos o “convertidos”— el esplendor del suyo propio”. Sin embargo, este
esplendor —y miseria— del poder ha sido incapaz de otorgar un sentido a
los mundos que ocupa, domina, habita y vive (¿vive?). Habría nomás, como
Alicia, que pasar al otro lado del espejo: allí donde sucede la “otra” historia.
Aquella que, más aquí y más allá de la humillación, la derrota y el abandono,
busca y construye una pluralidad de sentidos donde se disemina la riqueza de
la diversidad: “La fiesta de la plebe” que tanto teme el poder. Sobre esa “otra”
historia vería el libro de Silvia Rivera Cusicanqui.
Sociologia