Su personalidad histriónica, sus ideas delirantes, sus absurdas teorías políticas, sus deslumbrantes propuestas estéticas, su finísimo humor, su inteligencia sin par, su manipulación de los medios y las tecnologías convierten a Salvador Dalí en un ser muy atrayente, y en los caminos que abrió, la magistralidad de su técnica pictórica y la originalidad de sus temas lo elevan a la categoría de genio. Uno de los personajes fundamentales del siglo ⅩⅩ, que resume en sí la esencia de una sociedad un tanto amoral, desquiciada y desconcertante.