La historia está ambientada en las purgas estalinistas de los años 30 y los juicios de Moscú. El autor, que conocía personalmente a algunos de los acusados en dichos procesos, muestra así su decepción con los ideales comunistas que había profesado previamente, ante la desmantelación de la revolución que Stalin ejecutaba en esos mismos momentos. Aunque todos los personajes tienen nombres rusos, ni Rusia ni la URSS se mencionan explícitamente mientras que el alter-ego de Stalin, apenas descrito como una distante presencia amenazadora, recibe el nombre de Camarada uno.