Freud sostuyo que un niño juega no sólo para repetir situaciones placenteras sino también para elaborar las que le resultaron dolorosas o traumáticas. Que las situaciones traumáticas aparecen en el juego del ninõ, lo comprobaba en mi laber diaria, pero también me interesaba ver qué relaciones entre la maduración y el desarrollo motivaban la aparición o desaparición de un juego a una edad determinada.
A. A.