Celestina, vieja alcahueta, barbuda y borracha, regenta un burdel que frecuentan clientes de todas las clases sociales. Además de curandera y partera, con sus hechicerías puede rendir de amor a la más indecisa de las mujeres. Éste es el encargo de Melibea, la inteligente hija de un rico mercader. Convertida en una de las principales heroína de la literatura universal, hoy, sin el miedo que las brujerías inspiraban en los contemporáneos del autor, parece un personaje más divertido que temible.