No sólo en el campo de la poesía sino también en el del cuento, el Viejo Caldas ha tenido escritores de garra. Este género encontró siempre allí creadores que lo forjaron con técnica impecable y aliento terrígena, poniendo en muchas de sus producciones el verdadero sentir de la raza. Entre el costumbrismo, el humor y la fantasía se mueven los ocho recopilados en este volumen que constituye una buena muestra de la enjundiosa narrativa caldense.