Paul y su novia, Lucie, se independizan y se van a vivir juntos, en Montreal. En la primera parte del cómic los vemos llegar a su nuevo apartamento, pero rápidamente se establece un flashback y vivimos la historia de cómo se conocieron en su época de estudiantes de diseño gráfico, su entorno y sus amistades. En la segunda parte, Michel Rabagliati nos cuenta con frescura la vida cotidiana de Paul y Lucie, llena de anécdotas divertidas sobre mudanzas y reformas. Más allá de la historia de amor de su álter ego, el autor nos muestra cómo Paul va conociéndose a sí mismo y su paso de la adolescencia a la edad adulta, con un estilo limpio y un tono íntimo y desenfadado.
Aunque se enmarca dentro del género costumbrista autobiográfico, Rabagliati intenta no caer en el ombliguismo; así lo recalca: No hablo de la vida privada de la gente, hablo de lo que encuentro bello en ellos. Creo que es lo que me gusta hacer en la vida: mirar lo que es bello en nuestro mundo. Y sigue: El lenguaje de los diálogos es el de todos los días, el que podríamos escuchar en la cocina o en el salón de gente ordinaria. Es una familia ordinaria a quien pasan cosas ordinarias, pero de las cuales intento sacar la poesía para hacerlas interesantes.
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