En tiempos en que impera la certeza, Alexandra Kohan se para desde el psicoanálisis como una forma de lectura que duda. Desde allí, observa discursos como el de ciertos feminismos que, aunque se pretenden emancipatorios, terminan siendo normativos, en la ilusión de que existe una libertad sin dolor, según observa la autora. El amor, el deseo y la satisfacción pulsional son tres cosas bien distintas una de otra, dice Kohan: “Amar, desear y coger no se hacen del mismo modo ni pretenden lo mismo”. Kohan discute la afirmación de cualquier identidad como algo liberador. Hemos corrido la piedra del camino pero esa piedra, dice, ahora está en el zapato.
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