El uso de las computadoras en control de procesos ha buscado siempre mayor flexibilidad y por lo tanto mayor número de aplicaciones. Las primeras aplicaciones de las computadoras al control de procesos datan de los finales de los años 50 del siglo XX; tuvieron un crecimiento lento y problemático principalmente por problemas de robustez en los equipos y el poco conocimiento de los usuarios, aunado a las mejoras incorporadas a los sistemas análogos que se volvieron más competitivos. La aparición del microprocesador, el microcontrolador y el desarrollo de redes de comunicación y redes industriales más robustas permitieron la expansión de los sistemas de control digital durante la década de 1980, al punto que hoy no existe plante industrial alguna o sistema complejo sin controladores digitales.