Distinguida por Lacan como objeto de la pulsión invocante, la voz llega con la cadena significante. De allí que esta pulsión hay sido localizada como “la más cercana a la experiencia del inconsciente”. A partir de la distinción de esta pulsión y su objeto, Lacan dejó abierto un amplio campo de indagación: “la voz en los imperativos interrumpidos del superyó”, sus articulaciones con el deseo y la angustia, su condición de resto, la incorporación de la voz, el ámbito para su resonancia, la experiencia diferencial del cantante y del orador, etc. en el nivel de la práctica psicoanalítica hay que recordar también que el psicoanalista desprende como voz su interpretación y la escansión que realiza sobre el decir de su paciente.
http://www.revista.unal.edu.co/index.php/jardin/issue/view/1101